Mireles, o el hastío social


#LaCuartaTransformaciónVa


Llegaban a los pueblos sometidos a elegir a las mujeres con quienes deseaban tener trato sexual por un día, o una semana. Se llevaban a las esposas para abusar de ellas por una noche y luego las regresaban al marido. Nadie se oponía a su brutalidad. A las hijas, las devolvían después de una semana, cuando habían satisfecho sus apetitos varios de ellos.

Era la tierra en que le tocó vivir al doctor Mireles. Un Tepalcatepec dominado por los Caballeros Templarios. No había voces que dijeran "no" a este grupo criminal. El miedo flotaba en el aire, pues se sabía lo que significaba oponerse a los deseos de la delincuencia organizada. Desaparición y muerte eran la respuesta a cualquier desafío intentado por los ciudadanos.

No había más ley en Tepalcatepec que la impuesta por los Templarios.

Y es precisamente contra ellos que se organizan y arman los primeros grupos de Autodefensa, que clandestinamente consolida la recia personalidad del doctor Mireles.

En poco tiempo, logran expulsar de esa comunidad a los integrantes de la banda dominante y organizan patrullajes, puestos de vigilancia, así como grupos de respuesta, que están atentos a cualquier agresión nacida en la periferia de ese poblado.

Pero Mireles no se queda en esto. Entabla contacto con personajes importantes en los poblados aledaños y consigue que poco a poco, el poder y presencia de las Autodefensas, se convierta en el brazo popular que combata a la delincuencia organizada. De los gobiernos municipales y estatales poco se espera. Es el pueblo el que toma en sus manos la responsabilidad que no ha sido capaz de asumir administración pública alguna.

La reacción de los gobiernos en el Estado de Michoacán, nunca será a favor de Mireles y las Autodefensas. Defendiendo un principio de legalidad que no han sido capaces de respetar desde sus cómodos despachos, tanto gobernador, como representes del gobierno federal, terminan por criminalizar a las Autodefensas. Las dividen, las combaten, las ven como enemigos declarados. Lo que debieron hacer en contra del crimen organizado, lo planifican y operan en contra de Mireles y los suyos. Reprimen y amenazan.

Mireles y un puñado de sus seguidores terminarán en la cárcel, acusados de delitos federales. La salud del luchador social decaerá a causa del encierro y las malas condiciones que existen en prisión.

Saldrá lastimado de muchas formas, pero con el espíritu igual de firme que siempre. Participará en la política nacional pero desde otra trinchera. Aquella que mejor conoce y a la que ha dedicado los mejores años de su vida. La medicina. La salud del pueblo al que ha defendido a costa de la salud propia y muchos sacrificios. El pueblo por el que arriesgó su vida en varias ocasiones.

Mireles fallece el día de ayer, a consecuencia de la pandemia de Covid-19 que aqueja al mundo. Deja un legado enorme y un ejemplo inolvidable para todo luchador social.

En la escena final de la novela de Alejo Carpentier que lleva por nombre "El Siglo de las Luces", hay dos personajes que se encuentran en el Madrid de la época napoleónica en viaje de descanso. Vienen huyendo de otras guerras americanas. Pero escuchan desde su balcón los gritos en contra de los franceses invasores y al pueblo que sale a defender su territorio, no obstante que las fuerzas del emperador comienzan a ametrallar a los manifestantes. Sofía toma unas viejas armas que probablemente no servirán y se encamina a la puerta de salida. Carlos pregunta: "¿Y vas a pelear por quién?". Sofía responderá: "Por los que se echaron a la calle". Los dos salen a enfrentar al enemigo del pueblo. Sin importar que se encuentren en otras coordenadas geográficas. Al agresor se le enfrenta en todas partes.

Quizá ésa sea la herencia que nos deja como ejemplo a seguir, el doctor Mireles. Muchas veces lo dijo para que se quedara bien grabado en la memoria de los mexicanos.

A final de cuentas, "Todos Somos Autodefensas" y hay que enfrentar a quienes ofenden al pueblo, en el sitio en que se requiera. La lucha es permanente y es de todos.

Nunca más un México sometido a la delincuencia de cualquier tipo.

Gracias por todo, doctor José Manuel Mireles Valverde. Hoy más vivo que nunca.

Malthus Gamba

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