El ingrato regreso del Canallín


#LaCuartaTransformaciónVa


Quienes siguen la agenda política de nuestro país, están enterados de que, después de las elecciones presidenciales verificadas el primero de julio del año pasado, los partidos de la derecha, quedaron totalmente derrotados y empequeñecidos.

El triunfo de López Obrador y Morena, fue de tal contundencia que, a más de un año de haberse verificado esa derrota, los conservadores no consiguen levantar un proyecto novedoso, que los represente en las elecciones intermedias del 2021.

La clase política del PRI y PAN, sufren por no tener dentro de sus filas personajes de calidad, como para darle la batalla a Morena en esa fecha.

A tal grado llega la preocupación de los empresarios de corte conservador (los hay también de vanguardia, que entienden el cambio que vive México), que Claudio X González, manejando a su títere en la COPARMEX, Gustavo de Hoyos Walther, trabajan en una estrategia para crear nuevos políticos reaccionarios, que no tengan expedientes manchados, para que puedan resultar atractivos a la sociedad.

Estos empresarios piensan que la trayectoria de un político se fabrica igual a como se produce un refresco, o una nueva marca de papel higiénico. Un empaque vistoso y una campaña publicitaria bastan para que el ciudadano se lance inmediatamente a la tienda a pedir le surtan esa novedad del mercado.

Los empresarios mexicanos tendrán mucho dinero, pero carecen de buen criterio y sus asesores están en las mismas condiciones. El pueblo de México ha cambiado mucho. No cree en las mentiras envueltas en papel celofán y por lo mismo, resulta difícil suponer que los resultados que obtengan, serán satisfactorios.

Por otra parte, está el proyecto, fallido ya, de Felipe Calderón para crear una nueva fuerza política. "México Libre" no despertó simpatía popular y el tiempo para afiliar ciudadanos y cumplir con el número de asambleas requeridas, se les vino encima, sin que los mexicanos se hayan interesado en dar vida al engendro que Felipe diseñaba.

¿Qué hace la derecha azul mientras tanto?

Intentar revivir a otro zombi político.

Se anuncia que Ricardo Anaya (Ricky Riquín Canallín) pretende regresar a la política en fecha próxima.

El desangelado dirigente de Acción Nacional, Marko Cortés, habría recibido instrucciones de Anaya, para preparar el terreno para este retorno.

Quieren algo espectacular, como en los tiempos en que se anunciaba al político de la mentira, como "El chico maravilla".

No se descarta la posibilidad de colocarlo a la cabeza de la bancada panista, después de las elecciones intermedias.

Como puede verse, en este momento hay tres proyectos conservadores, desarticulados, que intentan posicionarse en el ánimo popular, para afrontar la siguiente elección.

El PRI, más curtido, más colmilludo y más desprestigiado que cualquier otro partido político, trabaja en este momento en la definición de su dirigencia nacional. Intenta salvarse de la extinción que amenaza a toda la derecha, en las dos siguientes elecciones.

Si la Cuarta Transformación mantiene el buen paso que lleva y no baja el apoyo popular de que disfruta, la desaparición del PRIAN puede ser una posibilidad real.

El regreso de Ricardo Anaya mueve a risa. Pretenden presentarlo como alternativa de cambio. Como algo diferente que merece ser probado.

¿Alguien olvidó ya que fue precisamente Ricardo Anaya el responsable de la firma del "Pacto por México" en representación del PAN?

Las Reformas Estructurales, que concretaban el saqueo de nuestro país y el debilitamiento de la clase trabajadora, nacieron de ese infame pacto.

¿Cómo olvidar el tiempo en que fue calificado como "El Señor de los Moches"?

En el Congreso, su propensión al dinero, lo llevó a cobrar cuotas por todo trámite sobre recursos financieros, solicitado para atender las necesidades de los municipios del país.

¿Se puede pasar por alto que se trata de un político que solo ha competido en una ocasión para ocupar plaza de diputado local y que perdió ante un priista?

Sus otros cargos legislativos han sido por la vía plurinominal.

Esto e importante porque en este momento, está solicitando al líder del PAN, que lo apunte en la lista de diputados plurinominales, para llegar al Congreso.

Desde el inicio, sabe que si compite en una campaña por un puesto de representación, tiene muchas posibilidades de perder.

Es un cartucho quemado, al que pocos consideran alternativa sana.

Por último, hay que tener en cuenta que Anaya fue impulsor decidido de las reformas laboral, energética y educativa, propuestas por el priismo tecnócrata.

Tiene un pasado inmediato tan oscuro, que solo la ambición personal, puede explicar esta decisión de regresar a la vida política.

El PAN lo aceptará seguramente, porque no tiene algo "menos peor" que presentar.

Lo último que hay que destacar sobre el regreso del ex chico maravilla, es la etiqueta de traidor que sus mismos compañeros de Partido le han colocado.

Traicionó a Gustavo Madero, para llegar a la presidencia de Acción Nacional.

Traicionó a Felipe Calderón, al impulsar la corriente política que consiguió sacar al ex presidente de las filas del Partido.

Traicionó a su compañero neoliberal, Enrique Peña Nieto, a quien prometió cárcel, si llegaba a la presidencia del país.

Y lo más importante: es un político que traiciona permanentemente principios, promesas y compromisos, si esto le produce provecho personal.

Es un político a quien no le interesa el bien social, pero pretende engañar al ciudadano, en su afán de escalar posiciones.

La memoria histórica es fundamental en cuestiones políticas.

Si olvidamos que Ricardo Anaya es un mentiroso profesional, que un día puede asegurar una cosa, para al siguiente defender lo contrario, estamos expuestos a caer en las trampas que Acción Nacional prepara para el regreso de "Canallín" al terreno político.

"No olvidar", es una de las frases preferidas de López Obrador en las conferencias mañaneras.

Y es indispensable tener presente está idea, para no repetir errores que trajeron desdicha, pobreza, violencia y miseria a nuestro país.

El regreso de Ricardo Anaya no puede ser considerado como un hecho novedoso, lleno de posibilidades democráticas.

Es más bien uno de los intentos de la derecha ultra conservadora, por recuperar el poder y seguir adelante con el saqueo nacional.

No les creamos y no lo permitamos. Ni ahora, ni en el 2021.


Malthus Gamba

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