El año en que consolidamos el cambio


#LaCuartaTransformaciónVa


Estamos a días de cerrar un año difícil. Un ciclo anual donde lo más señalado es el cambio radical en la vida del ser humano, a nivel mundial. La pandemia de Covid-19 alteró el ritmo ancestral en que se movía la sociedad en cada rincón del planeta.

Vivimos hoy tiempos de clausura. Una existencia que nos obliga al encierro en nuestro hogar, con el mínimo contacto con familiares y amigos. La diversión está acotada. Los festejos casi suprimidos. El aprendizaje se volvió virtual y el trabajo sigue reglas de bajo contacto personal, por temor al contagio.

Habrá que hablar en delante de "la generación de la pandemia". Niños y jóvenes marcados por las nuevas formas de convivencia humana.

Aquí en México, a pesar de la gravedad del problema, las cosas no han resultado tan malas. No habrá festejos navideños y de fin de año, del mismo modo en que no se dio el festejo a la Virgen de Guadalupe el pasado 12 de diciembre, con cientos de peregrinaciones procedentes de todo el país.

El ambiente dista mucho en estos momentos de ser festivo. Pero la gente de México entiende a la perfección que se trata de un momento de cambio, que requiere de la participación de todos para que las cosas terminen bien.

A pesar del fervor religioso de gran parte de nosotros, no se dieron protestas por el cierre de la Basílica de Guadalupe. Los llamados a no realizar festejos de fin de año, son atendidos por la gran mayoría de los mexicanos y no se ven posadas y reuniones públicas como en años pasados.

El dinero es causa de preocupación en muchos hogares, pero se cuenta con lo básico para ir saliendo adelante.

No se han presentado protestas sociales en alguna parte de la república. Hay necesidades, pero hay también mucha solidaridad. Y esto es lo que nos está sacando adelante.

Si las cosas no marchan tan mal en el país como hemos dicho, se debe en mucho a este despertar de la sociedad que revive los valores nacionales que permanecieron adormecidos durante el neoliberalismo. Hay empatía, hay preocupación por los demás, hay confianza en la autoridad que gobierna al país y sobre todo, se tiene conciencia del poder que tiene la sociedad cuando se encuentra suficientemente despierta y organizada.

En este último año, dejamos la pasividad de lado y retomamos el papel que como ciudadanos nos corresponde. Ya no esperamos de las autoridades locales y federales migajas presupuestales para atender la necesidad de millones.

El gobierno del presidente López Obrador y la Cuarta Transformación, abrieron los ojos a millones de ciudadanos, para que se entendiera que la principal obligación de todo gobierno, es con la base social que le entregó el poder para administrar los recursos que son del pueblo. El dinero de la gente no es para favorecer a determinados grupos de poder. Esto aplica a nivel federal, estatal y municipal.

De no haber sido por la oportuna aparición de los Programas Sociales instrumentados por el gobierno del cambio, la afectación económica a los mexicanos con motivo de la pandemia, hubiera sido enorme. No habría dinero en casa para hacer frente a la contingencia mundial. El hambre produce descontento y esta situación no se ve en nuestro país. Hay preocupación, pero no falta el pan en toda mesa. Muchos han retirado parte del ahorro que había en su Afore, para cubrir necesidades inmediatas, pero la ayuda que brindan los programas sociales ha sido la base para hacer frente a la contingencia.

La gente tiene hoy la certeza de que el dinero público a nivel federal, llega al pueblo por vías distintas a las utilizadas por la corrupción del neoliberalismo.

Esa confianza ha dado fuerza al cambio. La corrupción se combate de arriba hacia abajo y no hay funcionarios de primer nivel que estén haciendo fortuna en este momento a costa de la miseria de la gente. Quien roba al pueblo, va a la cárcel. Ése es un gran cambio.

La gasolina no aumentó. No se contrató nueva deuda. El peso está fuerte. La inflación es mínima. Los precios de la canasta básica no se han disparado.

Todo esto lo entiende el pueblo de México. A pesar de la guerra de noticias falsas que intentan fijar como verdades los medios de comunicación reaccionarios, hay confianza plena en el gobierno.

Ahora, con la llegada de los primeros embarques de vacunas, el optimismo renace en base a una posibilidad real de control del contagio. Cerramos 2020 con niveles altos de padecimiento en algunas entidades federativas, pero sabemos que en el siguiente año, la totalidad de los mexicanos tendrán acceso gratuito a la vacuna contra Covid-19 y sus variantes.

Lo importante mientras tanto, es mantener esa solidaridad que nos ha permitido resistir durante un año los efectos de la pandemia.

Esa solidaridad que nos mantiene unidos, a pesar de los intentos conservadores por desgastar la confianza social en el cambio que los alejó del poder.

La Cuarta Transformación trajo consigo nuevos aires de libertad. Hoy, podemos hablar en redes sociales de igual a igual con los dueños de las televisoras. Con los políticos de cualquier fuerza partidista. Con periodistas y propietarios de medios de comunicación. Con funcionarios públicos de todo nivel. Con empresarios. Con quien nosotros queramos.

Y no hay censura, ni represalia oficial. Eso no se había vivido en el pasado.

Y no es algo que nos hayan obsequiado. Es algo ganado. Nosotros decidimos con nuestro voto el cambio de régimen que se está cimentando. Es nuestra lucha. Una batalla del pueblo a favor del pueblo.

A pesar de la pandemia y de los problemas domésticos, 2020 trae también un cambio importante para los mexicanos.

La base de la Cuarta Transformación está concluyendo. El retroceso al periodo neoliberal será sumamente difícil, si las fuerzas reaccionarias llegaran a recuperar el poder.

Es una posibilidad, pero muy lejana. Lo real es la fortaleza de una sociedad que en su amplia mayoría ve con optimismo el cambio que se opera y la próxima solución médica al problema de la pandemia. Dos factores que prometen un México mejor y más fuerte.

Fue difícil 2020, pero también deja cosas de mucho valor para todos nosotros.

Echemos un ojo a estos aspectos positivos, que serán germen de lo que cosechemos el año entrante.

México resiste y sus sociedad va por todo en 2021.

Malthus Gamba

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